Salud móvil: ventajas para el paciente y ahorro para el sistema

 mayo 5, 2014

La entrada en nuestras vidas de las tecnologías móviles ha supuesto una auténtica revolución tanto para comunicarnos como para obtener información, lo cual ha cambiado completamente nuestros hábitos en otras muchas cuestiones. Una de ellas ha sido la relación que mantenemos con el sistema sanitario o incluso con nuestras propias enfermedades, potenciales o manifiestas.

Tras largos años de desarrollo en este ámbito, el sistema sanitario empieza a rendirse a la evidencia, adoptando estas tecnologías para llevar la eficiencia y la calidad de servicio a otro nivel, imposible de imaginar con las herramientas del pasado en un contexto de crisis económica y cambio demográfico. Y lo que es más relevante, cada vez más los propios pacientes se benefician de las ventajas de la tecnología móvil que ya usan de forma regular.

La importancia de la salud móvil

Además de otras muchas que pueden variar en función de las particularidades de cada paciente, los usuarios cuentan con dos ventajas fundamentales del uso de la conocida como mHealth o salud móvil.

La primera es la posibilidad de encontrar información relevante en cualquier lugar, sobre su propio estado o enfermedad, en el mismo momento en que la requiere. Este beneficio repercute directamente en la seguridad, la adherencia al tratamiento, la necesaria independencia y la confianza en los profesionales sanitarios.

La segunda gran ventaja es la comunicación en cualquier momento y lugar; no sólo con aquellas personas encargadas de su bienestar como el personal médico, sino también con otros pacientes en situación similar, anterior o posterior. La relevancia de la comunicación directa en la distancia con el personal sanitario resulta obvia, pero el contacto con otros usuarios también puede ser de gran ayuda: la posibilidad de compartir experiencias, sentirse parte de un grupo y la sensación de no luchar en soledad contra la enfermedad tienen efectos muy positivos en el desenlace del tratamiento.

No sólo se trata de reducir los ingresos hospitalarios o mejorar la prevención. Las dos cuestiones anteriormente citadas fomentan el empoderamiento del paciente, que permite a las personas ser conscientes de su propio estado con el refuerzo que eso supone para el éxito de un tratamiento.

Pero también supone una gran oportunidad para el sistema sanitario; algo por años contemplado como ajeno por parte de los ciudadanos. La posibilidad de aportar ideas de mejora, que los pacientes sean conscientes de sus derechos, que manifiesten los que les agrada o no, que adelanten tendencias mediante estudios tan amplios como el total de usuarios; es la antesala de la democratización definitiva del sistema sanitario.

Un sistema que puede emplear todo ese conocimiento y evaluar los servicios prestados para mejorar su eficacia sin incrementar los costes.

En fechas recientes, la propia Comisión Europea se ha sumado a esta revolución. De aquí a julio realizará una consulta pública para recoger ideas sobre cómo impulsar el sector de la sanidad móvil y mejorar su seguridad con el objetivo de avanzar hacia un sistema sanitario moderno, eficiente y sostenible.

Según sus estimaciones, desplegando todo el potencial de las aplicaciones móviles de salud se podrían recortar los costes sanitarios de la UE en 99.000 millones de euros de aquí a 2017. Conscientes de la expansión de los smartphones y otros dispositivos móviles, desde Bruselas quieren delimitar los estándares que han de garantizarse en términos de seguridad de la información, fiabilidad en relación a cuestiones sanitarias y rendimiento de las aplicaciones.

La salud móvil se abre paso por una mejor atención sanitaria gracias a la tecnología, el conocimiento de los profesionales y la colaboración de los propios usuarios. No podemos dejar pasar la oportunidad de maximizar sus beneficios.