Juegos serios, mayores y envejecimiento activo

 marzo 5, 2014

El juego, además de una importante técnica de aprendizaje, ha sido una herramienta pedagógica habitual a lo largo de la historia, que es utilizada también en etapas adultas con el fin de conservar ciertas facultades. Con el amplio desarrollo que se está produciendo en el campo de las TIC, ésta función del entretenimiento está protagonizando una verdadera revolución en muchos campos gracias a los videojuegos.

Los usos habituales del videojuego a la hora de educar, tanto en período de escolarización como en el más sofisticado entrenamiento profesional, pueden ser utilizados para mantener e incluso mejorar las facultades de nuestros mayores por la vía de la diversión. Entre los ejemplos típicos de estos usos beneficiosos se podrían citar la colaboración entre jugadores, la sociabilidad, la mejora en la capacidad creativa, el estímulo de la reflexión o el desarrollo del razonamiento por medio de la observación, la comparación y la asociación.

Combinando estas ventajas, el desarrollo de juegos serios puede convertirse en un nuevo aliado del bienestar para los mayores. Así lo asegura un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de California en San Francisco, que destaca mejoras en el control cognitivo de adultos mayores derivadas directamente de su uso. En el mismo estudio se obtienen conclusiones tan esperanzadoras como que el uso de videojuegos puede aumentar el rendimiento neuronal y la memoria, así como mejorar la capacidad de atención sostenida.

Los datos hablan por sí solos incluso a la hora de prevenir la pérdida de habilidades cognitivas. En el caso del juego “Road Tour” en el que la acción se desarrolla durante un viaje por carretera, 681 personas sanas mayores de 50 años que jugaron 10 horas a la semana mejoraron su habilidad cognitiva en al menos 3 años; y quienes jugaron 14 ganaron 4 años. La eficacia de estos nuevos métodos supera con creces a los tradicionales, llegando a mejorar entre 1,5 y 7 años las capacidades cognitivas de sus jugadores respecto a quienes hacen crucigramas, por ejemplo.

Además, aunque los beneficios incrementan en función del tiempo de juego y la continuidad, los resultados comienzan a ser palpables en el corto plazo. De este modo, el necesario ejercicio mental que supone la participación activa mediante juegos serios supera con creces la actividad de otros entretenimientos habituales como ver la televisión.

El desarrollo de juegos serios con la ayuda de terapeutas, psicólogos y especialistas gerontólogos permite realizar terapias más útiles de rehabilitación cognitiva; pero el abanico de posibilidades es muy extenso: desde simuladores que mejoran la visión periférica o pasatiempos que adormecen la acción de enfermedades mentales como el Alzhéimer; hasta videojuegos que incitan al ejercicio de forma divertida mediante captura de movimientos o plataformas que estimulan las relaciones personales favoreciendo la socialización.

Gracias a los juegos serios para mayores; aprendizaje, diversión y salud se dan la mano para fomentar un envejecimiento activo que combine bienestar físico y mental, participación social e independencia.