Entrevista a Inés Hernández, trabajadora social
En nuestra intención de aprender de los mejores y compartir ideas de expertos profesionales, en esta ocasión tenemos el placer de presentar a Inés Hernández, a quién seguro que ya conocéis. Trabajadora social especializada en gerontología, Directora de La Casica de Mis Abuelos, colaboradora de la Cooperativa Siena, colaboradora de El Adelanto… ha conseguido sacar un rato para atendernos amablemente.
Os dejamos aquí la entrevista. ¡Gracias por tu tiempo Inés!
Inés, el trabajo social es una profesión con la que se puede ayudar a una gran cantidad de perfiles, ¿por qué decidiste especializarte en personas mayores?
Creo que ha influido mucho en mi especialización el hecho de que siempre he tenido un trato muy cercano con las personas mayores de mi entorno. He aprendido mucho de ellas, he visto cómo han luchado por el bienestar de su familia y siempre he pensado que ya era hora de devolverles esa labor, y de que ellos/as también tengan la oportunidad de sentirse bien y disfrutar de una vida lo más plena posible.
El trabajo social intenta resolver problemas en las relaciones humanas y mejorar el bienestar de las personas, ¿crees que puede ser un instrumento para cambiar la propia sociedad en la que vivimos?
Creo que siempre ha existido una visión demasiado asistencialista del trabajo social, siendo muy visibles las labores burocráticas. Pero no sólo existe esa faceta de mi profesión. Hay también una labor de campo que es muy importante potenciar y tener en cuenta, de promoción del desarrollo y bienestar de las personas. En mi opinión, el objetivo del trabajador/a social es fomentar que las personas sean capaces de elegir su propia vida. Para mí, la creencia en el cambio va implícita en mi profesión. No intentaría nada si no creyese en el cambio.
Atenderás a un perfil amplio de personas con distintas circunstancias pero, ¿cuáles son los casos y problemas más habituales con los que trabajas?
Hasta ahora, la mayoría de los casos con los que he trabajado ha sido con personas con algún problema ya sea de tipo físico, funcional o psicosocial, solicitando trámites de ayuda para la dependencia, y búsqueda de ayuda a domicilio. También he realizado talleres psicosociales para fomentar las relaciones sociales, frenar la dependencia y la soledad.
Actualmente, también contribuyo a ampliar las perspectivas que se tienen acerca de los mayores, sus necesidades, y las distintas alternativas que existen para su bienestar. Para ello, he colaborado y colaboro en diferentes medios de comunicación, y propongo charlas informativas en diversos centros, instituciones, e incluso en los domicilios. Yo creo que es necesario un cambio de mentalidad con respecto a muchos de los conceptos que han existido tradicionalmente acerca de las personas mayores. Es importante conocer los verdaderos derechos que tenemos cuando envejecemos.
A la hora de tratar a las personas, tienes experiencia en la elaboración de Historias de Vida como técnica de investigación. ¿Podrías explicarnos para qué sirve y en qué consiste?
Las Historias de Vida consisten en recuperar, mediante su propia narración, aquello que las personas recuerdan desde su infancia hasta el momento actual. En este sentido, no sólo es importante lo que nos cuentan, sino también cómo nos lo cuentan. Se pueden observar y aprender muchos aspectos de la persona para conocerla mejor y para poder hacer una correcta intervención. Las Historias de Vida permiten tener en cuenta qué han vivido, cómo lo han vivido, cómo nos lo cuentan, qué han aprendido con ello y cómo influyen esas experiencias en el momento actual. Esta intervención se aplica mucho en la técnica de reminiscencia. Desde el momento en el que comienzan a hablar ya se está interviniendo, ya que implica un ejercicio de memoria, de recuerdo, de lenguaje, de práctica de habilidades sociales, etc. Con ello ayudamos a la persona a que dé sentido y significado a su vida, a dar coherencia a los hechos, a favorecer la construcción de su identidad, fomentamos su funcionamiento cognitivo, etc.
El trabajo con la familia es fundamental, pero ¿en qué medida? ¿Puede fracasar un tratamiento si el entorno no está debidamente involucrado?
Hay aspectos de la vida de una persona que no se pueden cubrir con fármacos ni solucionar únicamente con la intervención de un profesional. Existe un ingrediente fundamental para cualquier persona, y más para aquellas que se encuentran con algún tipo de problema, sea el que sea, que es el cariño de las personas que son importantes para cada uno de nosotros/as. Está comprobado el efecto beneficioso que tienen los afectos y emociones positivas para nuestro organismo y para la recuperación de los problemas. Los profesionales podemos aconsejarles, intervenir para su bienestar y también debemos tratarles con cariño. Pero creo que todos sabemos que existe otro tipo de cariño, que sólo nos llega de la/s persona/s que para nosotros/as son importantes (ya sea la familia, amigos/as, nuestro/a vecino/a, u otra persona) y que contribuyen activamente en la intervención y recuperación. Por eso, es muy importante que se involucren en el bienestar de esa persona. Y que lo hagan adecuadamente, con los recursos y herramientas apropiadas para ello. Tanto a nivel personal (cognitivo, emocional, etc.), como a nivel comunitario (conociendo los recursos de su entorno que pueden ayudarle en esta importante labor). Y en este sentido, nosotros también les ayudamos.
Generalmente, ¿ayudas a personas con una problemática concreta o estás más centrada en la prevención?
Hasta el momento, he trabajado con problemáticas concretas, con personas que, por diferentes causas, presentaban algún grado de dependencia. Pero considero muy importante la prevención para evitar y/o retrasar todo lo posible estas situaciones de dependencia, con el consiguiente desgaste que ello supone en muchos sentidos. Y, a pesar de que hay un porcentaje de personas concienciadas de la importancia de la prevención, siento que aún se necesita más información, porque no se ha llegado a todas.
Eres fundadora y directora de La Casica de Mis Abuelos, ¿nos explicas brevemente a qué os dedicáis?
Nos encargamos de escuchar y valorar el estado, las necesidades y las preferencias de las personas mayores y sus familiares, para llevar a cabo una intervención especializada. Nuestros servicios van desde información y asesoramiento, talleres para frenar la dependencia, ayuda psicoterapéutica, por ejemplo en situaciones difíciles, muerte de un ser querido, problemas de ánimo, etc. Hasta la gestión de alojamientos alternativos y la supervisión de la calidad en las residencias para aseguramos de que la persona esté bien tratada.
Acercamos los talleres y damos tratamiento psicoterapéutico en los domicilios de aquellas personas que no puedan salir de sus casas. Asimismo, los ofrecemos a otras instituciones dedicadas al mismo sector, así como charlas informativas sobre diferentes temas de mayores y su entorno.
La tecnología es una buena aliada para cuidar de las personas y mejorar sus vidas, ¿la utilizáis en vuestro día a día con los mayores?
Sí, así es. Nosotros ofrecemos la posibilidad de que los mayores aprendan a utilizar las nuevas tecnologías y poder aplicarlas como un método de estimulación cognitiva y como punto de encuentro social, ya que fomentamos las relaciones entre iguales e intergeneracionales a la hora de aprender a manejarlas, y posteriormente, en su utilización.
Siguiendo con el ámbito de la tecnología, ¿crees que estamos aprovechando todo su potencial para ayudar a nuestros mayores? ¿Cómo podríamos avanzar más en este sentido?
Creo que la tecnología va por buen camino, aplicándola cada vez más en el ámbito de los mayores, avanzando a pasos agigantados para facilitar su día a día y fomentando su bienestar. Veo que se le está dando mucha utilidad en cuanto a aplicaciones en la salud física (medidores de peso y tensión, pulseras USB para conocer las patologías de cada paciente,…), salud funcional (casas inteligentes, bastones con GPS,…), estimulación cognitiva, ocio, etc. De hecho, en el Centro de Referencia Estatal del Alzheimer y otras demencias que está en Salamanca, están aplicando con éxito la Wii Terapia.
Muchas veces tengo la sensación de que la tecnología avanza más rápido de lo que nuestras cabezas llegan a asimilar… Pero me parece importante avanzar también en utilidades que faciliten la participación social real y el apoyo psicosocial…. Y que tengan un funcionamiento sencillo.
Por otro lado, comparto la opinión de que se debe tener en cuenta a las propias personas para las que van a ir dirigidas estas nuevas tecnologías, tanto en su diseño como en el desarrollo de las mismas.
Como voz autorizada para ello, ¿te atreves a dar un consejo a otros emprendedores que estén planteándose dar el salto?
Mi consejo es que actúen y no esperen. Que cada uno de nosotros tiene algo positivo que aportar a nuestro mundo y a nuestra sociedad, que se necesita gente con iniciativa. Y que si quieren embarcarse en el ámbito de las personas, y más concretamente en el campo de las personas mayores, entonces que se pongan en el lugar de la otra persona, que se pongan “dentro de su piel” y que piensen: ¿Cómo me gustaría vivir, hacer o que me tratasen a mí cuando yo sea mayor?