Entrevista a Teresa Martínez, psicóloga gerontóloga

     abril 17, 2013

    Hoy vamos a hablar con Teresa Martínez, que recientemente ha estrenado una  interesante página web sobre atención centrada en la persona y su aplicación en gerontología. Teresa es psicóloga gerontóloga con amplia experiencia en el ámbito asistencial, administrativo y académico; por lo que es un gran honor que haya dedicado unos minutos a esta entrevista.

     

    Teresa, en tu amplio currículum vemos que has desempeñado cargos en residencias y también en la Administración. ¿Crees indispensable una experiencia de campo previa al desempeño de la labor pública? ¿Por qué?

    El conocimiento del campo que se dirige es, diría yo,  imprescindible para una adecuada toma de decisiones tanto en el ámbito de los servicios públicos como del sector privado. Este conocimiento se puede adquirir de distintas formas; haber trabajado en la atención directa ayuda a situarte mejor, a conocer mejor el terreno y tener una perspectiva más amplia. Estar al corriente del conocimiento científico en el ámbito de la gerontología y no solo de los procedimientos administrativos y de gestión, es también un criterio muy  importante que debería estar más presente.

     

    Qué fue primero para ti, ¿la psicología o la gerontología? ¿Qué hizo que te decantaras por esta vía profesional?

    Mi inicio en la gerontología fue tras finalizar los estudios de psicología. Tuve la oportunidad de empezar esta especialización con motivo de aprobar una oposición de las primeras plazas que en el entonces IMSERSO destinó a psicológos/as en residencias de titularidad pública. De esto ya hace 25 años, y creo que, mirando hacia atrás hemos avanzando mucho.

     

    Has estrenado una página web  y una cuenta de Twitter recientemente. ¿Qué pretendes conseguir con estas nuevas ventanas que abres al mundo?

    Fundamentalmente un espacio de contacto e intercambio de información y documentación relevante para los profesionales de la gerontología. El contacto por la red, las redes sociales, son nuevas oportunidades que nos permiten estar contacto con personas que pueden tener muchos intereses coincidentes. Aunar esfuerzos, abrir espacios a la comunicación en todos los campos de conocimiento, es importante para recibir impulso, ideas y propuestas de acción.

    Cuando empecé mi carrera profesional agradecí muchísimo a todos los expertos que de una forma u otra me orientaron. Pienso que los espacios webs especializados son de gran ayuda. Hacerlos accesibles es fundamental para que el sector se vaya profesionalizando.

    Estoy gratamente sorprendida de la cantidad de profesionales y personas que se ponen  en contacto conmigo interesados por este enfoque de atención y agradecen el acceso a la información que esta web ofrece.

     

    Tu página web, muy recomendable, trata sobre la atención centrada en la persona. ¿Nos explicas en qué consiste ese enfoque?

    Gracias en primer lugar por tu valoración. Es un enfoque que ya tiene un recorrido de varias décadas en otros países (denominado Person-Centered Care) tanto en el campo de la salud como de los servicios para atender a las personas mayores que precisan cuidados.

    Parte del reconocimiento de la singularidad y la dignidad de las personas mayores y, por tanto, del respeto hacia su forma de ser, sus valores y su proyecto de vida. La promoción de la autonomía, entendida como toma de decisiones sobre la propia vida, es nuclear en este enfoque profesional, y por tanto, la atención debe ser personalizada.

    La idea fundamental es lograr que los servicios se ajusten a las personas y no que las personas tengan que adaptarse con carácter general a lo que la organización del servicio dicta. Se busca avanzar  en  servicios flexibles que sintonicen con los modos de vida y deseos de las personas reconociendo el derecho a la autodeterminación. Sin por ello renunciar a las prácticas basadas en el conocimiento científico.

     

    ¿Está el modelo de atención residencial actual obsoleto?

    En los países más desarrollados hace ya varias décadas que están avanzando por otro tipo de modelos de atención residencial. Vieron que las residencias tradicionales que funcionaban a modo de instituciones muy “sanitarizadas” eran rechazadas por las personas.

    El modelo housing aplicado a residencias pretende atención “como en casa” entendiendo el hogar como el modelo de atención que las personas queremos. Atención personalizada, con cuidados profesionales y profesionalizados, pero donde la persona tenga control sobre su vida cotidiana. Donde siga siendo una persona, sin olvidar lo que ha sido y lo que quiere seguir siendo.

    En este sentido creo que es oportuno destacar que la Atención centrada en la Persona no propone modelos de atención des-profesionalizados ni pretende llegar a recursos humanos menos cualificados. Apostar por este modelo buscando ahorrar recursos y renunciar a  profesionales cualificados sería un grave error. Esta es, al menos, mi opinión, lo que no choca con optimizar las organizaciones y buscar modelos sostenibles, algo lógico y deseable siempre, no solo en estos momentos  de crisis.

     

    Los beneficios de una atención centrada en la persona son evidentes, pero ¿cuál destacarías como principal?

    Los modelos de atención centrada en la persona buscan ganancias en calidad de vida de las personas usuarias, en nuestro caso, de las personas mayores que precisan cuidados y atención.

    Pero es importante destacar que estos modelos de atención además generan bienestar en los profesionales (mejora la satisfacción laboral, reduce los conflictos con las personas usuarias y las familias…) y beneficios para la propia organización (mejora el clima laboral, reduce el absentismo…). Trabajar desde la coherencia entre lo que se piensa que se debe hacer reduce el estrés laboral y previene el burnt-out.

     

    Un problema común en distintos ámbitos es la dificultad de promover cambios a situaciones sostenidas durante mucho tiempo ¿Cuál es tu receta para promover la aplicación de la atención centrada en las personas en centros gerontológicos?

    No creo que existan recetas, cada servicio, cada centro es único: tiene su historia, sus recursos humanos, su momento, sus dificultades y sus posibilidades. Tener claro el modelo que ha de presidir la atención es lo primero. Señalo algo obvio, porque no siempre es así. Nos venimos esforzando por los modelos organizativos y de mejora de la gestión pero en ocasiones nos hemos olvidado de definir el modelo de atención. Luego viene el saber cómo: crear una ruta de cambio y mejora propia que sea posible y logre la implicación de los agentes (personas mayores, familias y profesionales).

    Cambiar formas de hacer que vienen de modelos diseñados desde criterios organizativos y asistenciales según normas rígidas y protocolos uniformes no es sencillo. Requiere un claro  liderazgo y compromiso  de los responsables a la par de  esfuerzo  de los profesionales. Estos a su vez precisan de formación y apoyo para ir, poco a poco, avanzando. No es sencillo pero es posible. Los modelos desarrollados en otros países nos dicen que es posible y también algunas iniciativas que ya están en marcha en nuestro país así lo muestran, como  el proyecto Etxean Ondo llevado a cabo por F. Matía en colaboración con el Gobierno del País Vasco.

     

    Uno de nuestros objetivos es que la tecnología sea útil en el día a día de las personas mayores, un sector que creemos que ha estado algo descuidado en este sentido. ¿Podría la atención centrada en la persona ayudarnos en este sentido?

    La tecnología, como otros apoyos, son instrumentos o medios, que según sean utilizados pueden generar ayuda para la independencia, autonomía y bienestar de las personas. La clave es que se utilicen de forma personalizada y contando con la implicación y aceptación de las personas. En este sentido los principios rectores de la atención centrada en la persona son un referente importante y las metodologías de este enfoque pueden resultar de gran ayuda.

     

    La misma pregunta pero al revés, ¿puede la tecnología favorecer la atención centrada en la persona? ¿De qué modo?

    Pues creo que sirve la consideración anterior. La tecnología que permita autonomía  e independencia en la vida cotidiana, puede contribuir a generar bienestar. La clave está en que la tecnología se utilice de forma sensata y personalizada.