Entrevista a Carlos Mateos, experto en Salud 2.0

     abril 22, 2013

    Hoy tenemos la oportunidad de charlar con Carlos Mateos, Director de Com Salud y experto en Salud 2.0

    Una de tus pasiones es la Salud 2.0. Para los no familiarizados con el término, ¿qué es eso?

    La salud 2.0 es que el paciente participe en la toma de decisiones de su propia salud en todo momento y con toda la información a su alcance. Es lo que se llama paciente empoderado. Eso implica compartir experiencias con otros pacientes, consultar con profesionales de la salud fuera y dentro de la consulta (a través de internet, redes sociales o telemedicina) y que sus necesidades y decisiones sean tenidas en cuenta.

     

    ¿La Salud 2.0 es, inevitablemente, innovación en tecnología?

    La tecnología hace más fácil la comunicación pero lo importante es la actitud. Para que un paciente se comunique con un profesional sanitario o con otros pacientes no se requiere más tecnología que un móvil o una conexión a Internet. Ya existen aplicaciones para el móvil que permiten que una persona sin conocimientos técnicos pueda estar perfectamente atendida desde su centro médico a distancia y que su médico o enfermera dispongan al instante de los datos de su tensión o su glucosa y puedan ayudarle en todo lo que necesite sin necesidad de trasladarse. Sólo hace falta voluntad de los gestores sanitarios para extender estos sistemas (que son mucho más económicos que tener las consultas y las urgencias saturadas) y de los profesionales sanitarios para escuchar a los pacientes y extender su consejo más allá de la consulta.

     

    A la hora de repensar nuestro sistema sanitario y asistencial, creemos que se debe contar con la participación de los usuarios. ¿Cómo podemos promoverla?

    Los pacientes son el principal motor del cambio y para que éste se produzca, deben hacerse escuchar. Una de las ventajas de las redes sociales en salud es la posibilidad de acceder, directa o indirectamente, a profesionales que están implicados en la asistencia sanitaria, desde el médico o enfermera hasta el gestor sanitario o político. Quejarse de forma genérica del sistema es una vía pero hay otras que pueden ser más eficaces, como proponer acciones concretas de mejora en cada área de asistencia sanitaria o coordinarse a través de asociaciones de pacientes para hacerse oír en diferentes foros.

     

    En otros países de nuestro entorno la salud 2.0 es un término ya más familiar. ¿Conoces algún caso paradigmático?

    Casi todos los países occidentales están promoviendo la participación del paciente en la salud 2.0 para mejorar sus satisfacción pero, sobre todo, para ahorrar costes. En Estados Unidos, desde la sanidad privada, el principal gestor de servicios, Medicare, va a penalizar a aquellos centros y profesionales que sean peor valorados por los pacientes. Y algunos hospitales de prestigio, conscientes de que la reputación médica se juega en la Red, están dedicando departamentos enteros a dar a conocer sus iniciativas en redes sociales y saber qué opinan los pacientes, como la Clínica Mayo. En Gran Bretaña, en la sanidad pública, sometida a fuertes recortes, el organismo competente (NICE) ha decidido que la satisfacción del paciente esté en el centro del proceso asistencial y todos los protocolos médicos deberán tener muy en cuenta lo que opine el enfermo. En Francia, por su parte, el Ministerio de Salud está promoviendo las aplicaciones móviles para pacientes, ya que evitan ingresos y mejoran su control.

     

    Puede que nuestros mayores no estén aprovechando todo el potencial que les brinda las nuevas tecnologías. ¿Cómo crees que podemos cambiar esta situación?

    La tecnología está para ayudarnos, no para complicarnos la vida. Si una tecnología es difícil de entender o manejar por un paciente no le sirve, hay que buscar alternativas. Lo mejor es preguntar al profesional sanitario. Cada vez son más los médicos que “recetan” aplicaciones para el móvil o vínculos en internet. Pero si nuestro médico no lo hace podemos acudir a las asociaciones de pacientes, donde nos pueden ayudar a buscar esos recursos que nos educan en nuestra salud y nos permiten responsabilizarnos de la misma.

     

    ¿Pueden las redes sociales mejorar la vida de las personas mayores? De ser así, ¿de qué forma?

    Diversos estudios han demostrado que redes sociales como Facebook son especialmente útiles en personas mayores, ya que mejoran la concentración y memoria. Estar en contacto con seres queridos o, en el caso de pacientes, personas que estén en la misma situación que nosotros, reconforta y ayuda a tomar mejores decisiones sobre nuestra salud. Las principales asociaciones de pacientes tienen cuentas en Facebook y Twitter. Abrir una cuenta personal es sencillo, se puede pedir consejo a familiares o amigos, y después hay que buscar qué temas nos interesan y empezar a comunicarnos. Eso sí, es importante saber qué queremos compartir. La información muy personal no deberíamos revelarla en redes sociales, como tampoco lo haríamos con desconocidos en la calle, ya que puede ser aprovechada por amigos de apropiarse de lo ajeno.