La necesidad de prestar atención a la dependencia
El futuro de la atención a las personas mayores se decide hoy; y su calidad de vida depende de las decisiones que tomemos o no en este momento. Esta es una de las reflexiones que invita a hacer un estudio realizado por la Fundación AstraZeneca en colaboración con la Universidad Europea en relación a las previsiones en materia de atención sociosanitaria; que nos da una idea de la importancia de la anticipación a la hora de minimizar ciertos riesgos.
El incremento de la esperanza de vida y el deterioro natural de la salud a medida que aumenta la edad, ponen al sistema sanitario en una encrucijada de la que puede salir mal parado de no tomar medidas previsoras. El estudio “Análisis predictivo y escenarios en la atención sociosanitaria en España: Horizonte 2022” publicado en la revista News Tercera Edad, dibuja un futuro en el que la salud de las personas dependientes habrá empeorado de forma considerable y a su vez, destaca la creciente sensibilización social ante el problema en el paradigmático caso español.
Según los datos aportados por el estudio, las principales dificultades a las que se enfrenta esta parte de la población, tienen que ver fundamentalmente con su vida cotidiana, durante la cual su falta de autonomía se hace más patente; lo que nos invita a reflexionar sobre el papel de los servicios sociales y la asistencia médica, que deben coordinarse para dar la mejor respuesta posible a las necesidades de las personas dependientes y sus familiares. En este sentido, la posibilidad de dificultades económicas que mermen la capacidad de estas prestaciones es uno de los temas que más preocupan a nivel ciudadano; algo que no se refleja en la toma de medidas para afrontar una posible situación de dependencia en el futuro.
Los responsables del informe, Julio Sánchez Fierro y José María Sansegundo, identifican el perfil tipo de persona dependiente en la actualidad como una mujer mayor 80 años, con bajo nivel de estudios, que dispone de 900 € mensuales para hacer frente a las cargas económicas derivadas de su atención, generalmente asociadas a la falta de movilidad. Aunque más de la mitad reciben algún tipo de ayuda de distinta clase, 9 de cada 10 dependientes reciben apoyo de algún familiar, lo que obliga a tener en cuenta el bienestar de dichos familiares.
Con la vista puesta en el futuro, parece vital seguir prestando atención a los servicios asistenciales, ya que las personas dependientes en la actualidad consideran las ayudas recibidas como muy necesarias. Pero adicionalmente, se deben destinar recursos a al desarrollo de sistemas tecnológicos que mejoren la calidad de vida tanto de los mayores como de sus familiares, facilitando también el trabajo de los profesionales del sector sociosanitario para una mayor eficiencia, rapidez de respuesta y calidad de servicio. Un problema de esta envergadura no permite soluciones improvisadas.